Gustavo Alfaro dio vuelta la historia de Paraguay en las eliminatorias.
Transformó a un equipo que merodeaba en los últimos puestos en otro que se encamina a conseguir la clasificación para el Mundial 2026.
En unos pocos meses, tras abandonar la selección de Costa Rica -dirigió en la Copa América- por una propuesta que le resultó más atractiva desde lo económico y lo deportivo, al entrenador argentino le alcanzaron siete partidos para ubicar a Paraguay tercero en las posiciones, tras obtener 15 de 21 puntos (71 por ciento de eficacia), mantener el invicto y anotarse victorias sobre la Argentina y Brasil, además de empatar con Uruguay en el Centenario..